El tiempo que el cerebro tarda en despertar interés por alguien por su aspecto

Estaba pensando sobre algo que me ocurrió recientemente, al fin y al cabo ese es el motivo de estas reflexiones semanales, cosas que te suceden e inspiran para escribir algo. 

En este caso alguien hablo de forma despectiva de las personas que no cuidaban su vestimenta, o al menos no la cuidaban del modo que el entendía que deberían hacerlo, también de aquellos que tenían gustos “poco refinados” y por tanto carecían de clase. Curiosamente, por otro lado, recordé a alguien que me dijo, perdón, me definió, como alguien que solo se preocupaba de su aspecto físico, siendo un superficial sin sentimientos. Porqué lo recordé, sencillo, ambos me parecieron igual de cínicos e ignorantes, a la par que prepotentes. 

Realmente hasta hace un par de décadas, padres, abuelos, vestían de forma “correcta” con muchos menos recursos que en la actualidad, luego la forma de vestir de las personas, ha ido derivando gracias a una “democratización” a lo que muchos definen como comodidad o ir a la moda, perdiéndose lo que mi abuela definiría como, ir como dios manda. 

Bien, en mi caso, me es indiferente como vaya cada uno, me parecería muy necio, o de imbéciles pretenciosos, definir a alguien por su modo de vestir, dicho esto, tengo claro mis preferencias, y que hasta el momento, en mujeres y hombres, he admirado o ignorado su forma de vestir, y ha sido un factor importante para que alguien despierte mayor o menor interés en mi en esos primeros 35 segundos donde, según dicen, marcas la diferencia entre una posibilidad entre cincuenta, o ninguna. 

Dicho esto, y como digo, son esos 35 segundos los que marcan un primer interés, el resto de una vida, necesitan de todo lo demás, y eso va mucho mas allá de una forma de vestir, os lo aseguro. 

Pero la reflexión de hoy, gira en torno a precisamente eso, definir a alguien por como viste, y no solo definir, excluir, que es lo mas preocupante. Podemos ir mas allá, porque si seguimos opinando sobre la fachada de alguien, y siendo exclusivos o inclusivos, cremas, gimnasio, alimentación o hábitos son parte de ese sistema de encasillamiento o exclusión que muchos usan, realmente en este caso, también me importa poco lo que cada cual haga, mente sana en cuerpo sano, los romanos, que no los griegos, lo tenían claro, pero la mayoría de los romanos, como ahora, no creían tener muy claro si merecía el esfuerzo para conseguirlo. No bebo con asiduidad, no fumo, a las 12 de la noche no he encontrado nada mejor que hacer que estar en la cama durmiendo, y trato de cuidarme lo máximo que mi fuerza de voluntad y hábito me permite, uso cremas, hago deporte y espero vivir cuantos mas años mejor, eso no me hace ni mejor ni peor que aquellos noctámbulos impenitentes, bebedores de cerveza y fumadores de paquete y medio, o los que solo se mueven si su perímetro estomacal se lo permite, en cuanto a mujeres se refiere, podemos extrapolarlo de igual modo que a un hombre, igualdad de genero. 

La primera impresión, cuenta, pero no define, somos un cúmulo de adjetivos, pero ninguno es excluyente, es posible que nunca me fije en alguien que no comparta gustos estéticos conmigo, pero también es posible que sea así, lo que no es permisible, es que nadie excluya a alguien, o defina a alguien, simplemente por lo que puede apreciar en esos 35 segundos, las personas somos mas que esos 35 segundos, o ese “history” de Instagram, he conocido personas increíbles que nunca habrían superado la prueba de los 35 segundos, y gente que en 15 segundos habría superado todas mis expectativas, para luego echarlas por tierra y convertirse en un idiota de dimensiones bíblicas. Por lo tanto, y así empezaba esta reflexión, las dos personas, la que inspiró, y la que me hizo recordar esta historia, habrían en un caso superado la prueba de los 35 segundos, y en el otro ni tan siquiera la de los 35 meses, pero ambos, son tras hablar con ellos, exactamente igual de imbéciles, y de ambos tengo la misma opinión, superficiales que me generan el mismo interés, que Rufian, por poner un ejemplo, o Soraya Saenz de Santamaría. Por lo tanto, y en mi opinión, cuidarse, y reflejar ese cuidado, creo que es algo que define en parte a una persona, cuidarse requiere esfuerzo, constancia y sobre todo quererse a uno mismo, vestir con cierto gusto, es simplemente una opinión personal, que me hace empatizar con alguien en un primer momento, solo eso, no excluye. Pero nunca, y repito nunca, será un elemento de opinión para definir a una persona.