Son diversos los lectores que me han sugerido que detalle las formas en las que podemos portar el pañuelo de bolsillo, y habida cuenta que es uno de los temas que tenía pendiente tratar, es por lo que en esta entrega vamos a analizar las diversas formas en las que podemos lucir el pañuelo de bolsillo y para qué momento está indicado cada uno de ellos.

Antes de entrar a analizar las diversas formas en las que el pañuelo de bolsillo debe lucirse, es preciso sentar varias premisas, que aunque las conozcamos son siempre esenciales.
En primer lugar el pañuelo debe lucirse siempre que llevemos chaqueta, con independencia de que nuestro atuendo sea formal o no. Por otro lado, la forma de lucir el pañuelo se encuentra directamente relacionado con el grado de formalidad del evento al que asistamos.

Sentado esto, las formas de lucir el pañuelo de bolsillo podemos agruparlas en tres:

1º) FORMAL.
La manera formal de lucir el pañuelo de bolsillo es la indicada para actos de estricto protocolo, como es el caso de ceremonias. En este caso, el pañuelo deberá encontrarse debidamente plegado, asomando por el bolsillo no más de dos centímetros y la forma en la que debe mostrarse debe ser siempre paralela a la del borde del bolsillo.
Esta forma de portar el pañuelo, tiene un pequeño inconveniente, y es el mantener en su sitio el pañuelo debidamente plegado, ya que lo normal es que el pañuelo pierda su forma, bien porque se acaba deslizando hacia el interior del bolsillo o porque, en otras ocasiones, la horizontalidad del pañuelo se pierde dado que es difícil mantenerlo inalterablemente paralelo al borde del bolsillo.
Para evitar estos pequeños inconvenientes existen dos antiguas soluciones que evitan este problema. Por un lado, podemos encajar el pañuelo en un cartón rectangular, de tal forma que el pañuelo lo cubre y se adapta a su forma permaneciendo inalterable, porque el soporte del cartón llega hasta el fondo del bolsillo.
La segunda solución consiste en unir la parte trasera del pañuelo a la chaqueta a través de un alfiler oculto, que posibilita que el pañuelo quede sin posibilidad de sufrir desplazamiento ni alterar su posición.
2º) EN PICO
Cuando portamos el pañuelo en pico es una manera menos formal que la anterior y, por lo tanto, no es adecuada para eventos socialmente muy formales.
El pico en este caso puede tratarse de uno o varios. En ocasiones se convierte en una forma muy vistosa de lucir el pañuelo.
Si en el supuesto anterior era difícil mantener la uniformidad del pañuelo evitando su desplazamiento, en el presente caso la dificultad se incrementa dado que ahora debemos añadir que aquí además se suma que lo que no puede sufrir alteración son los picos del pañuelo. En este supuesto la única forma de mantenerlo es mediante el método del alfiler.

3º) INFORMAL
Esta manera de portar el pañuelo surgió como un acto de rebeldía contra el método formal que era el clásico que se llevaba siempre incluso en supuestos de menos rigor formal. Pero se ha acabado imponiendo.
Esta manera de llevar el pañuelo se ha generalizado por completo y no es infrecuente verlo incluso en indumentaria formal.
En cierta medida ha ayudado mucho a popularizar esta forma de portarlo el hecho de la aparición de una importante variedad multicromática de diversos pañuelos, cuya única posibilidad de lucimiento es a través de esta posición informal, ya que de otra forma no hubiera sido posible apreciar la vistosidad de un pañuelo interesante.
En cualquier caso, sea cual sea nuestra opción, nunca deberíamos utilizar el bolsillo para el pañuelo como si de un florero se tratase, como en la imagen anterior,  para evitar que el pañuelo sobresalga del mismo como lo hacen las flores de su recipiente, porque más que elegante, sería una imagen esperpéntica. Lo que demuestra la delgada línea que puede existir entre lo elegante y lo grotesco.