Empezamos con la autocrítica, serán pocos los gobiernos que superen esta crisis con un aprobado bajo, la impotencia te hace buscar culpables, pero la inteligencia te debe hacer buscar alternativas, y señores, hoy por hoy en este país y otros muchos, no las hay, y no las hay porque vivimos en un sistema político, judicial, social podrido en su base, donde poder y dinero pesan sobre personas y sacrificio, donde todos o la gran mayoría son corruptos, donde todo tiene un precio.

Quizá mi generación sea la última que aún tenga cierta conciencia sobre que fueron esos que dejamos morir en hospitales y residencias, nuestros padres, esa generación de la postguerra, esa generación que sin vivir una guerra, si vivieron una postguerra, una gran mayoría de población sin comer mas que lo que marcaba una cartilla, donde se trabajaba en el campo, en fábricas, donde emigraron y fueron tratados como escoria en Europa, donde se ilusionaron con la muerte de un dictador, donde levantaron un país de la nada y lo convirtieron en los que somos, donde todo es lujo salvo una casa pagada con mucho esfuerzo y ahorro para nuestros hijos (nosotros, nuestra generación), desde mi generación, todo ha sido egoísmo, todo ha sido consumismo, todo ha sido un estado del bienestar material y del peor estado de dictadura moral de la historia, somos ricos en cosas y pobres en valores.

Es por eso que tenemos los políticos que tenemos, son fruto de lo que somos como sociedad, niños malcriados que lloramos para que nos den un caramelo, y lloramos porque todos nos creemos con derecho de tenerlo, con derecho de tener razón mientras estamos meses subvencionados sin dar palo al agua, donde todo son derechos, obligaciones ninguna, donde todo es estar en contra de, de manifestarse, de salir a la calle a divertirnos dando voces, aun no sabiendo muy bien que defendemos, bueno si, defendemos vuestro estado del bien estar, el de el odio mientras enarbolamos Smartphone de cientos de euros y vivimos de la paga de los abuelos, porque los papás, es decir nosotros, poco os podremos dar.

Lo vimos en la crisis del 2008, los abuelos mantuvieron a familias, con sus ahorros, con pensiones, pero claro, la culpa la tienen los rojos, los fachas, los empresarios, los sindicatos…… LA CULPA LA TIENES TÚ, la tenemos muchos, la culpa de no luchar, pelear, mirar por los demás, la cultura del esfuerzo, del trabajo, de que te tumben y te levantes, del no rendirte, del no quejarte, de buscar soluciones a los problemas.

Cuando lees prensa, ves televisión o tienes presencia en redes sociales, es fácil entrar en la espiral del odio y posicionarte de un lado u otro, es lo que quieren, o pensáis que esos políticos estarían donde están por méritos?, no, están por odio, la izquierda con el odio de las clases medias, bajas y los jóvenes que creen que tienen derecho a todo y que todos les roban con 28 años, en casa y sin haber dado palo al agua. La derecha pensando en que el resto son vagos que les roban y que no merecen nada, ellos si claro está.

Extremos de dos partes que viven y son lo mismo, sistema podridos que permiten que no lleguen mascarillas o respiradores porque hay que “trincar” , porque hay que odiar, porque a vosotros no que sois fachas o a vosotros no porque sois rojos. Que poco hemos aprendido, y lo peor de todo, estamos perdiendo a los únicos que nos podrían haber ayudado con una lección de humildad y principios ha salir de esta crisis, no de virus, de principios, ética y moral.

Yo no podré dar lecciones a mis hijos, y mis hijos jamás a lo suyos, y me considero un luchador, con principios, con cierta moral, pero realmente incapaz de luchar contra esto, y lo soy y manifiesto cuando cada día, acabo entrando en la espiral de insultos y odios a unos u otros.

Los granitos de arena no se ponen en la calle, Instagram o redes sociales, se ponen, se callan y se siguen poniendo sin esperar nada a cambio.

Y no todo es bueno en esa generación que nos deja, no todo es trabajo, no todo es sacrificio, también hay que pensar en recompensas, en objetivos, en experiencias, en objetos de deseo, pero siempre en función a ese esfuerzo, y en función a quien tiene derechos tiene obligaciones, no lo olviden, sus derechos siempre contra sus obligaciones, que las tienen, y muchas.