Uno de las grandes riquezas de oriente es su cocina y la gastronomía japonesa se ha ganado un lugar en los paladares españoles.
Analizando la gastronomía japonesa
En numerosas oportunidades os hemos compartido acerca de restaurantes japoneses en Madrid y de las delicias que podéis disfrutar en cada uno con su propio estilo.
La cocina japonesa se reviste de la fusión entre las influencias chinas y luego con fusiones de otras culturas occidentales. Sin bien hay una fusión, la propuesta gastronómica fue desarrollada por japoneses con estas nuevas ideas traídas de otras latitudes.
La cocina tradicional está dominada por el arroz blanco que siempre acompaña al plato principal o como parte del desayuno, la sopa de miso que consiste en arroz y un vegetal encurtido.
Una comida oriental consiste en tres platillos: pescado crudo (sashimi), un platillo a la parrilla, y un platillo cocido a fuego lento.
Los ingredientes esenciales que nunca deben faltar son: arroz, vegetales (espinacas, pepinos, berenjenas, gobó, rábano daikon, etc), hongos (shiitake, matsutake, enokitake, nameko, shimeji), mariscos, algas (nori, konbu, wakame, hijiki, etc), entre otros.
Los condimentos que podéis encontrar son: Shō-yu (salsa de soja), dashi, mirin, konbu, katsuobushi, niboshi o wasabi.
Y si ya hablamos de platos: Tempura – vegetales, mariscos o carne fritos, Gyūdon – vacuno con especias, hamachi kama – mandíbula y pómulo de atún de cola amarilla a la plancha, Shabu-shabu – tallarines, verduras y camarones o delgadas lonchas de vacuno hervidos en caldo suave, udon – tallarines de trigo y patata gruesos servidos con varias coberturas en shoyu caliente y caldo dashi, sin olvidar el tradicional sushi.
Los postres también tienen su lugar en el arte culinario japonés: Melonpan – Pan crujiente grande y redondo con cierto parecido a un melón, uirō – Pastel de harina de arroz al vapor o karumetou – Pastel de azúcar moreno.
Como veis, los sabores del país del sol naciente tienen mucho que decir alrededor del mundo y cuentan con muchos representantes en la capital madrileña como Txatei, Ikigai o Izakayahan