Trabajo por dinero, desde hace 30 años lo hago, no por placer, no por disfrutar, no por levantarme cada mañana con la ilusión de haber conseguido trabajar en lo que siempre he soñado, trabajo por dinero. Lo que si he aprendido en estos 30 años es en ir regulando que parte del día debo dedicar a trabajar por dinero para satisfacer mis necesidades, que otra parte de mi vida puedo destinar a hacer lo que me de la real gana me genere o no dinero (os adelanto que siempre me ha generado en el mejor de los escenarios beneficio cero). Y aquí creo que está la clave, afortunadamente nunca he sido de aparentar y querer parecer, si ignoro esos primeros años de mi vida laboral donde pensaba en ser el sucesor de Mario Conde y que todos aquellos que habían dicho “este tipo no llegará a ningún sitio” mas los que me miraban por encima del hombro desde mi mas tierna adolescencia mordieran el polvo, el resto de mi vida siempre ha primado el onanismo frente al exhibicionismo. Cierto es que todos necesitamos ese punto ególatra refrendado por las miradas de envidia del resto del personal, afortunadamente en 2012 el guantazo fue tan grande que mi dinero se fue a la misma velocidad que mi ego en dirección al país de nunca jamás. Desde entonces he establecido una ecuación que espero les ayude, dinero que necesito, dinero que responde a generar ese auto placer tan satisfactorio y finalmente dinero que me sobra para cosas sin mucho sentido (ahorrar es lo que el cerdo a musulmán para mi).
Bien mi objetivo estos años es que esa primera parte de la ecuación tienda a el salario mínimo interprofesional (gracias Yolanda), para eso y aún estoy lejos de conseguirlo, mis deudas, necesidades de mis hijos, luz, agua…. Deben estar cubiertas, a cambio de ese dinero podría incluso prostituirme, no hay límites, lo necesito y punto, trabajaría limpiando pies si fuera necesario (el ejemplo se basa en algo que me repugna que son los pies), estableciendo esa cifra en un trabajo que espero poder conseguir en cualquier circunstancia, pasamos a la parte de mis necesidades “personales”, estas jamás me pueden requerir mas esfuerzo que el placer que representan, ene esta ecuación entra comida, perfumes, relojes, ropa y viajes. Finalmente están las cosas que entrarían en eso que llaman algunos status, mejores casas, coches, motos, viajes de lujo, restaurantes con foto en Instagram para que sepan que “yo estuve aquí” … cosas que realmente me aportan únicamente ese momento donde si nadie me ve, no tiene sentido. Esto último es dinero regalado, nunca hipotecaría 10 segundos de mi tiempo para obtenerlo, ya lo hice hace años y como os dije, una pérdida de tiempo.
Convivo con gente que se prostituye e incluso estaría dispuesto a robar por Status, donde todo lo que haga debe ser público y generar envidia ya que es la forma que tienen de disfrutarlo, las redes sociales son el paraíso de este tipo de personas. Todos tenemos a alguien cerca, o incluso muchos de vosotros lo sois, buscáis el placer en la envidia de los demás, en demostrar a los demás lo que sois, donde habéis llegado, cueste lo que cueste. Quizá en mi caso por ser bastante asocial en cuanto a mi vida privada y pensar que las 10 de la noche es una hora ideal para estar en casa leyendo un libro, el placer que me puede reportar el aparentar sea cero. Pero creerme, el que tiene dinero y puede permitirse cualquier cosa, lo que tú te permitas le es indiferente, la guerra del status, de aparentar la libran aquellos que deben prostituirse y vender su alma al diablo para conseguirlo.
Aún no he encontrado ningún placer en mi trabajo, es cierto que en ocasiones me ilusiono con proyectos, voy dispuesto a crear algo totalmente novedoso, a dejarme horas de mi tiempo en ello, pero también es cierto que cada vez me compensa menos frente a dos horas frente a un libro o simplemente paseando por Madrid con mi bien mas preciado, mi caja vacía en mi cerebro, esa caja donde nada me preocupa, nada busca y me hace cada vez mas feliz.
Y no negaré que me encantaría hacer algo que me ilusione y me permita generar dinero para incluso permitirme restregárselo a algún imbécil por la cara, pero realmente no lo he encontrado, por lo tanto, aspiraré a cubrir mis necesidades o que estas cada vez sean menos, a poder vivir cada vez mas en esa caja vacía de mi cerebro, y con la ilusión de poder mantener mi talla años para aprovechar mi generoso vestidor, mi pulso para poder disfrutar de mis amados relojes, de mi olfato y gusto para disfrutar de perfumes, platos y vinos que me sigan sorprendiendo en la intimidad y sobre todo vista y salud para disfrutar de un buen viaje y un buen libro.
Ustedes sabrán, mal gasten su tiempo en lo que quieran, faltaría mas, pero les repito, la vida a medida que te haces mayor, y uno empieza ya a tener galones, pasa por tener una caja vacía en ese cerebro lo mas confortable y asequible que puedan.

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