Vivir bien es algo que gusta a todos, o al menos a casi todos, aún quedan sufridores de profesión que solo pueden vivir en esa situación de vivir en un continuo problema de por vida, pero la pregunta que suelo hacer y hacerme es, “ define vivir bien”.
En mi caso la evolución en estos 51 años ha sido relativamente profunda y radical, como esa IA del que todo el mundo habla y pasará a dominarnos, ha ido evolucionando, aprendiendo, eliminando aquellas cosas que pensaba que eran claves para vivir bien y no lo eran, y dejando aquellas que si han sido claves en esa evolución.
La primera conclusión y clave, es que vivir bien es puntual, por norma general siempre hay algo que nos preocupa y siempre hay algún problema que solventar, por lo que no esperes que todo sea perfecto, simplemente busca esos momentos donde los problemas no te impidan disfrutar del resto de cosas buenas, de esa buena vida que siempre conllevará la imperfección de los problemas que en ocasiones se acumulan y en otras simplemente se llevan con dignidad. Por lo tanto el vivir bien conlleva siempre asumir y llevar lo mejor posible los problemas que surjan cada día.
Otras de las cosas que he eliminado es el pensar que el resto del mundo me va a facilitar esa buena vida, desde hace años he aprendido a que mi único aliado y persona de confianza soy yo mismo, he aprendido a ser un egoísta y egocéntrico, el centro del universo no solo es el hombre, soy yo. Un matiz, la conciencia, necesito dentro de ese conjunto de cosas que son parte de esa buena vida, dormir con la conciencia tranquila, ser un egocéntrico no es sinónimo de ser un egoísta, que nadie os haga pensar lo contrario.
He ido eliminando cosas que no me suponen ningún estímulo salvo el de, y aquí la primera lección, tratar de generar envidia en otros, esto lo aprendí hace años afortunadamente, pero es un error garrafal, vivir para los demás y que eso sea lo que nos genere esa sensación de vivir bien, ahora el 99% de los jóvenes mide su felicidad por la envidia que despierta en los demás, eso creo que se mide por me gusta, comentarios, seguidores… pobres infelices. Soy feliz con lo que me permite disfrutar esté o no esté alguien delante. El lujo no tiene etiquetas, el lujo son experiencias, sensaciones y todas cargadas de un alto nivel de onanismo.
Básicamente por tanto he reducido todo a 4 líneas, la primera salud, cuidarse, comer bien, hacer ejercicio… y no por los demás, ni quiero ni me apetece salir a ligar o gustar, realmente lo único que me importa es mi opinión cuando me miro en el espejo y el estado en el que me levanto y acuesto.
La segunda es la ropa, en estos años he aprendido mucho al respecto, y creo que he mejorado en forma y sobre todo fondo, en entender y apreciar, y sobre todo en disfrutar los procesos, aún estoy en primero, pero creo que el proceso y camino será fascinante, lo está siendo.
La tercera, es viajar, planear viajes cortos, donde se unan placer, gastronomía y slow life, pocos pero seleccionados. Ni turista ni viajero, no sabría definirme, pero si es para mi cada viaje lo que denominaría buen vivir. Aprender a disfrutar, observar, maridar, degustar… y sin tener que hacer una foto a un plato, si hago algún comentario, es mas por aportar ideas a mis pocos seguidores, que por compartir el momento, compartir me es incómodo como buen onanista.
La cuarta son los relojes, si alguno me lee de vez en cuando, sabe que relojes y zapatos, son el hilo conductor en estos últimos años de esa buena vida. Disfrutarlos, coleccionarlos, limpiarlos, y disfrutarlos. Esta última será mi legado material.
El inmaterial, el importante, serán esos recuerdos, recuerdos que espero contar a mis nietos, a mis hijos ya lo hago con poco éxito, experiencias, y aquí mi web será espero, es una de mis asignaturas pendientes, mi pequeño diario digital, abierto y disponible para quien lo quiera, sin mas afán que el de ordenar y releer estos recuerdos o pensamientos en alto. Este es posible que sea uno de los proyectos fallidos, que sea reflejo de mi poca constancia en ocasiones, de mis idas y venidas, de mis cuentas pendientes.
Y ni quiero ser alguien que siente cátedra, ni quiero que nadie me invite a nada (durante un tiempo lo tuve en mente y no creo que hubiera algo mas humillante que hacer algo para conseguir favores innecesarios), simplemente espero que esté en esa gran biblioteca que es la red, donde miles de millones de pensamientos se agolpan desordenados al alcance de cualquiera.
Cada día es un reto, nunca perder la ilusión, no rendirse por difícil que sea, no esperar nada de nadie, esperarlo todo de ti, ser autocrítico, entender que equivocarse es parte del día a día, entender que admitirlo es clave para no volver a hacerlo. Ser fiel a tus principios, crecer y no tener miedo a envejecer, no querer ser algo que no eres, nunca vivir para los demás, y soñar cada día al acostarse. Esta es mi fórmula para con 51 seguir creyendo que vivo bien, que llevo una buena vida, y que debo y puedo adaptarme al paso del tiempo asumiendo edad y condición, adaptando ese decálogo que nunca existirá del buen vivir, al paso de los años.
Un único consejo, vivan, la vida es un viaje donde nadie sabe cuando acabada y todos donde empieza.