Todo acaba, y todo empieza, depende de con el prisma que se mire, hace poco menos de 9 años empecé a trabajar en una nueva empresa, ahora acaba esa etapa, llegué en uno de mis peores momentos laborales, y acabo con la decepción de haber fracasado en uno de los proyectos que esperaba como proyecto de vida, decepción sería el resumen, por los resultados poco, he hecho ganar mucho dinero a esta empresa, pero sobre todo por las personas, siempre he defendido que solo hay algo que importa, que mi conciencia esté tranquila cada vez que me vaya a la cama, pues bien, el objetivo está cumplido, al menos laboralmente. En estos meses he comprobado que el valor de la palabra de la mayoría de la gente que me rodea es cero, que he demostrado ser el único que entiende la diferencia entre irse y que te echen, en renunciar a dinero por ética, el demostrar a todos los que aquí dejo y enarbolaban banderas de integridad, que su dignidad tenía un precio, y bajo. “Compañeros” , pocos, pero a todos les he demostrado que yo sí tengo palabra, que soy el más ético y sobre todo, que valoro mis principios tanto como ellos su cartera.
Dejaréis a vuestros hijos dinero, pero yo espero que a los míos les deje principios. Nunca he confiado en la naturaleza humana, tan si quiera en los humanos, “poderoso caballero es don dinero”, dinero que simplemente acumulan, cuentan cual avaro de cuento de navidad, traidores por un puesto de trabajo, por una nómina, incapaces de tener algo de honor u honorabilidad, sonrisas falsas, golpes en la espalda con media sonrisa y un “gilipollas” en la mente. Amigos, compañeros, no sois más listos que yo, simplemente valoráis el dinero más que yo, y tengo más que la mayoría, pero como Judas, por un plato de lentejas, plato que ni tan siquiera queréis por hambre, lo queréis por avaricia, traicionáis al único que os ha demostrado que tiene palabra. Don Quijote, héroes sin bolsa, sin caballo, sin castillo, que pasan entonces de héroes a pobres locos idiotas, me apunto.
Escribo desde el cabreo, no desde el rencor, os lo aseguro, no esperaba nada de ninguno de vosotros, por lo tanto, nadie me ha decepcionado, el problema, mi problema, pese a todo, es que siempre espero que alguien me dé algo de esperanza, que alguien se levante y diga me voy contigo, como Renné con Tom en Jerry Maguire, y alguno hay, no sé si por obligación, desesperación o principios, pero bueno, empezamos un nuevo proyecto y como siempre con los mismos principios e ilusión, y pensando que el destino debe ser justo y poner a los traidores en su sitio, y a los que al menos los hemos defendido, justicia.
Mercenarios con una única bandera, el dinero, algunos son los mayores mercenarios del planeta que son capaces de apuñalarte por la espalda por un doblón mas, pero, el chusco es obligación, y sabiendo una vez mas con quien me juego los cuartos, toca pelear con una mano en la cartera y otra en la espada.
Idiotas, traidores, cuervos, buitres, despreciables… aquí os quedáis, no os deseo que os vaya mal, creo en el karma, pero no esperéis mi mano ni ayuda, si me traicionan una vez la culpa no es mía, si lo hacen dos veces el idiota soy yo.
La vida, creo que podría hacer una segunda parte de Don Quijote, esta vez con la misma edad, sin Sancho que me aguante, con un rocín de 3 cilindros y con el dinero justo, ni rico, ni cuerdo, solo, que siempre es mejor que mal acompañado, y viejo, cada vez mas viejo.
También podría hacer el símil del pirata, con mucho jefe y poca tripulación, diría que si soy sincero solo, aunque prefiero filibustero a pirata, botines nos esperan, o al menos me esperan, simplemente para el barco, ron y buenos libros, que mis ambiciones ya son las de un pirata sin dientes, barba blanca, pelo escaso y que en las largas travesías solo habla con un loro disecado que compró cuando era joven y que murió hace años. Nos vemos en los campos de castilla, en los mares mediterráneos o en los lodazales financieros, pero espero y eso si es innegociable, que nos veamos, aunque no nos saludemos.

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