Aunque ya estamos oficialmente en Otoño hace días, lo cierto es que para mí, el otoño comienza cuando nuestro armario pasa de polos, pantalones de algodón y chaquetas sin forro, a la lana, tweet y calcetines, donde los mocasines ( ya saben mi devoción por Tod´s) pasan a la parte baja de tu zapatero, limpios, con sus hormas, esperando mejores tiempos, y los zapatos de ante, botas y loafer, pasan junto con los eternos Oxford a ocupar la parte superior del mismo.
Decía mi admirado Fernando Schwartz, que la diferencia entre el verano y otoño es el pecado capital que pasas a enarbolar como bandera, pasamos de ser fieles al sexto mandamiento y comenzar, gracias a ese exceso de ropa, a ser adictos al de la gula, caza, setas, cuchara y puchero.
A diferencia de muchos, generalmente los mas jóvenes, el Otoño no es tristeza, decadencia, ocres sobre el colorido y azul verano que dejamos atrás, el Otoño es el comienzo de algo, dejar atrás lo malo, dejar caer nuestras hojas, prepararnos para el invierno. En Otoño todo pasa a ir mas despacio, las chimeneas se vuelven a encender, el olor a lluvia, el sonido de las hojas secas al pasear por cualquier calle, pasamos de escuchar los gritos y voces de madrugada de los jóvenes insomnes, y pasar a simplemente escuchar el sonido del viento y la lluvia tras los gruesos cristales de nuestra habitación. El Otoño no es muerte, el otoño es renovación.
Los hayedos, los bosques, los colores marrones en todas sus tonalidades, el paseo y luego el puchero, el sentir el calor de casa tras una vuelta por tu ciudad.
Vuelve la elegancia y sobriedad en el vestir (para el que la tiene), lo casual deja paso a lo formal, los trajes, las corbata y los abrigos.
La sangría, la cerveza, la paella o los espetos, dejan paso a la sopa de cocido, el torrezno, el cordero y el buen vino tinto a temperatura ambiente, vuelve el chocolate, vuelven las migas, los picatostes.
Cada Octubre encero mis barbour, otro ritual de Otoño, llevo mis abrigos a la tintorería, mis corbatas… vuelven las colecciones a los quioscos (cada vez menos), vuelve algo que me encanta, el olor a radiador encendido por primera vez tras el verano.
En resumen, el Otoño para mi es la mejor estación del año, el comienzo de todo, la vuelta a la rutina, a la normalidad, pese a que por desgracia, este 2020, este Otoño, sea un Otoño totalmente diferente al resto de Otoños que hemos vivido.