Mi abuelo era relojero, desde que tengo uso de razón, recuerdo una pequeña habitación donde en un pupitre de madera, lupa en ojo, arreglaba relojes de todo tipo, de pulsera, despertadores, cucos…. el tic tac desacompasado de decenas de relojes, reconozco que conseguía que no aguantara mas de 10 minutos en aquella habitación, pero él, pasaba horas y horas, con la paciencia y precisión que ahora sé, nunca heredaría.

El primer sueño hecho realidad en mi muñeca en forma de reloj fue en mi primera comunión, un Casio con luz, alarma y calendario, fue ese primer regalo que siempre recordaré, y que por desgracia no conservo, dos botones negros en la parte inferior de forma circular presidían esa maravilla que consultaba por las noches pulsando uno de ellos, y que me despertaba antes de ir al colegio tras pulsar el otro. .

Pasarían años, décadas, hasta que mi afición por los relojes, nula hasta el momento, se centró en una marca, Swatch, y en un tipo de reloj original, colorido, y que en cierto modo me recordaba a esas tardes en la relojería, ese tic tac en el silencio de la noche, ese tic tac que tenía que eliminar guardando los relojes dentro de cajones bajo sudaderas, los Swatch si algo tenían, eran maquinarias tan ruidosas como las de un despertador metálico de los 70.

Luego pase unos años, donde el reloj, siempre Swatch, presidía mi muñeca, dando un toque snob y de color a un look y edad que no correspondía, y pese a ello, confundía, y es que una edición limitada de tintín junto con un traje en una reunión del banco, era cuanto menos, una forma de transgredir las normas establecidas.

No fue hasta los 37, cuando adquirí mi primera joya, un panerai radiomir base de 45 mm, eran tiempos de ver y ser visto, de que todos supieran que las cosas iban bien, y que mejor para esos momentos, que un coche y un reloj, ambas formaron parte de mi ego, y solo conservo uno de ellos, adivinen cual.

En un momento de debilidad, me dejé llevar por lo electrónico, lo Smart, las cosas útiles pero sin alma, hasta ese momento, no había comprendido cual era el valor real de las cosas, había pasado desde ver la hora en mi primer Casio, y años después en un Apple Watch, hasta que hace poco, con mi “andropausia” cerebral, empecé a recordar a mi abuelo, a ese tic tac, a ese amor por algo como un reloj, a ese momento donde dar cuerda y vida a un objeto, en ese único recuerdo que tenemos de el a nivel material, de sus relojes, y volví a entender que era un de los objetos mas bellos con alma que jamás podría disfrutar en vida, y que disfrutaran tras mi muerte.

Comencé gracias a unos ahorros, una colección que incluye un Swatch edición limitada, un Maurice Lacroix Pontos, un iwc pilot, un omega deville reserve y como no, mi viejo panerai . Como en todo, uno tiene sus preferencias, su siempre fiel, su alma, y son omega e IWC, las marcas que espero sean parte clave de mi colección futura, una excepción, Jaeger Lecoultre, marca que, y he comenzado mi hucha, espero poder adquirir en un par de años, y poder añadir a ese Poker de ases, que guardo en una caja de madera, cuero y terciopelo.

Me gustaría saber mas de relojes, leer, disfrutar, amar y entender, desafortunadamente, y aprovechando mi programa, su programa, y tras invitar a la gente de IWC a que fuera parte de esta gran familia que somos, parece que, o bien desconfían de venir a un medio gratis, y sin mas interés que descubrir este mundo de la relojería, o bien entienden(sus comunicadores, que no la marca) que no merece la pena compartirlo, si no hay influencer o estrellas de cine por medio. Y es que el alma de una marca, se siente o no se siente, y algunos, simplemente, sienten el poder de las transferencias y contratos, con invitados que nunca se pondrían salvo por regalo su reloj, y que en unos días, con la misma sonrisa y cara, disfrutaran de otra marca, con hastag el eslogan que hayan diseñado.

Steve McQueen, Paul Newman, James Bond……… todos ligados a un reloj, a una marca. Hay una marca, que por razones que desconozco, creo que nunca tendré en esa colección, quizá sea por estar demasiado prostituida, quizá porque la usen como símbolo de poder y status, quizá porque fue marca de tipos como el Che, Rolex, espérame sentado, solo puedo perdonarte por ese espectacular Rolex Daytona, que el gran Paul Newman llevo hasta sus últimos dias, próximo objetivo, Omega Seamaster 300 m, Sir James Bond, como no, será un placer.