Hace un año, paseando en una tarde primaveral por una de las ciudades con más encanto del mundo, Córdoba, me tope con una tienda que me llamo la atención por su decoración British y original, y sobre todo por su ropa y personal, ataviados con un mix inglés-andaluz que podríamos definir como “elegancia discreta chic”, dos raquetas y una moto antigua flanqueaban el pequeño escaparate y consiguieron robarme al menos 5 minutos en aquellas idas y venidas del centro al hotel cada día.
No tardé en descubrir otra tienda en Madrid en la céntrica calle de Velázquez, reconozco me hizo pasar y comprar tirantes, una chaqueta y alguna que otra cosa de forma puntual, relacionar a nuestro abogado y silbon empezó a ser una sana costumbre por cercanía, y ver como, mientras otros copiaban ese toque British de sastrería Saville Road, Silbon evolucionaba y cambiaba el concepto British por el concepto Silbon, y es que Silbon es una marca con alma.
Gonzalo de León, y Lucio Rivas fueron los que hace un mes me presentaron y trajeron a la radio a Jose María Lacort (podéis ver la entrevista al final del artículo) , nos contó la historia de silbon y sobre todo nos enseño una marca con alma, con sentido, con personalidad y que sabe hacer las cosas con mucho cariño, compartían el slow life y la filosofía del programa, Gonzalo encarnaba ese espíritu Silbon, que a mis cuarenta y algunos, estaba buscando. Flechazo a primera vista, y como tal, no dejé pasar la oportunidad y lancé un órdago a Jose María, que el aceptó y nos llevo a una de las calles con más encanto de Madrid, la calle Fuencarral, y una de las tiendas con más encanto de ese barrio que al igual que Silbon ha sabido reinventarse.
Fuencarral, cerca de la glorieta de Quevedo, frente a la casa del libro, en una tarde de invierno, primaveral, con un sol que se agradece y donde entre una parada de metro y un parking podemos pasear por esas amplias aceras aprovechando esos últimos rayos de sol que buscamos entre edificios , Silbon, un pequeño escaparate y una invitación a conocer una de las marcas que me acompañará durante muchos años, un olor característico, si algo es común a muchas tiendas es ese olor que los grandes gurú marketinianos imponen como seña de identidad hace años de coches, restaurantes de comida rápida …… Silbon huele bien, huele fresco, huele a una mezcla entre Córdoba y Chelsea, dividida en dos espacios donde predomina el verde y blanco (no podía ser de otro modo), estanterías hechas a mano y en exclusiva para silbon, presentan de forma ordenada la colección invierno de esta temporada, de un primer vistazo ropa mas sport y para esa gente que pasa da varias vueltas y compra compulsivamente en ocasiones, tras un pequeño pasillo, la zona con más “solera” y formal, chaqués, trajes, chalecos, tirantes, corbatas….. todo con ese olor marca de la casa y acompañado por dos dependientes (chico y chica) jóvenes y con muchas ganas de hacer bien su trabajo. 3 minutos después aparece Jose María, un tipo tan afable (como buen cordobés) como elegante, al igual que Gonzalo, mantienen ese toque elegante – canalla – chic que tanto me gusta y que define a Silbon. Me cuenta la historia de Silbon, hablamos de ropa, de conceptos, de proyectos, de la vida y finalmente nos ponemos manos a la obra, es el momento de ser un tipo Silbon.
Antes le comento que creo que el nicho de mercado más importante para cualquier marca de ropa de hombre en este momento es el de los hombres de 35 a 60 años, con poder adquisitivo y con ganas de empezar a no ser un tipo “cortefiel” o “corte inglés” y que quiere sin llamar la atención ser diferente, como buen observador le confieso que marcas similares a Silbon, incluidas el buque insignia de Amancio Ortega para hombre, van a fracasar en ese intento, no somos tipos que queremos aparentar 25 años, somo tipos que queremos tener personalidad con 40 o 50 o 60 años. Silbon tras un pequeño vistazo va por el buen camino. Sastrería industrial de calidad, tradicional, pero que permite dar ese toque de distinción (distinto y distinguido) con chalecos o corbatas, y que te permite con americanas como las que nos presentó en nuestro programa pasar de la formalidad con personalidad de los días de trabajo a la elegancia chic de los fines de semana. Silbon cumple con creces esas expectativas, son conscientes de no ser sastrería a media, no buscan engañar ni competir con pseudo sastres y defienden la calidad-precio justa de sus prendas, no se esconden tras anglicismos o intentos de hacernos creer que estamos en Saville rodeamos de sastres camiseros.
Podría haberme llevado la tienda, pero cumplo con mi guión y elijo trajes y camisas clásicos, no pretendo ser diferente, pretendo ser yo.
Jose María y la persona que me atiende, consiguen en minutos saber talla y sobre todo adecuar el traje a mi y no adecuarme a mí al traje, corona, bajo de pantalón, manga, y a esperar unos días a que el modisto haga su trabajo, con el deber cumplido y la ansiedad por ver los resultados me despido de Fuencarral ya de noche, de el equipo de Silbon y de ese olor tan Cordobés.
Una semana después recojo trajes, camisas, chaqueta, tirantes y tras unas pruebas salgo tan contento como un niño el día de reyes, todo encaja a la perfección, mi problema de hombros ha sido solucionado de forma magistral, el olor, el sol en mi cara mientras cruzo y deseo feliz año a los dependientes y una idea en la cabeza, volver….. haber encontrado a tu media naranja, a tu pareja de baile, a alguien que sabe que quieres y comparte tu forma de ser, tu filosofía, Estilo y Finanzas, Carlos Ladero…
Agradecer a Jose María, al equipo de Silbon, a Lucio, a Gonzalo y a el equipo de Fuencarral su atención, tiempo y sobre todo su paciencia.