Veranos de redes sociales, veranos de multitudes, veranos de momentos artificiales, veranos para la posteridad de tus seguidores, veranos con filtro, veranos frustrantes… Mis veranos son en parte desde hace años en La Manga del Mar Menor, obviamente la reacción al comentar cual es mi destino de vacaciones, es parafraseando a uno de los tipos mas simpáticos que no he conocido pero si he oído, “verano de mileurista”. Y lo peor de todo, estos últimos años me ha generado cierta ansiedad de, y espero nadie se sienta ofendido, estar rodeado de viernes a domingo de lugareños de la provincia murciana, una media de edad que debe rondar los 65 años, padres con niños rebozándose en los lodazales del Mar Menor y cuerpos propios de los últimos desfiles de Victoria Secret´s. Pero con muchas otras ventajas, precios relativamente populares, si buscas, sitios fantásticos donde comer o cenar a pie de playa, y a 4 minutos de la puerta de mi casa playas desiertas donde apenas encuentras en días punta 6/7 personas. Playas de arena fina y un mediterráneo que nada tiene que envidiar al de cualquier otra isla o costa bañada por el mar que en agosto parece un hamman turco. Unas tardes noches donde hasta que la luz no te lo permite, puedes leer con el sonido del mar de fondo. Unos paseos por una carretera interminable, unos atardeceres dignos de postal sin masificación alguna y sobre todo la tranquilidad que salvo en cabo de palos, nadie se agolpará en una playa de piedras para al ritmo de música de un par de tipos que viven de sus padres desde hace años tocando una guitarra y un cajón, para ver el mismo atardecer del que disfruto cada día sin mayor distracción que alguna gaviota en busca de peces. Me mareo en los barcos, soy agorafóbico y no me gusta pagar 30 euros por unos chopitos, me encantan las marineras, el ali oli casero, cenar en el Pez Rojo y echarme la siesta en mi pequeño apartamento donde a duras penas cabemos cuatro personas. Concluyo, odio el verano, el calor, los atascos, sudar y que la gente vaya vestida como si de las fiestas de un pueblo de la sierra de Jaén se tratara, reconozco que un año mas y van… estoy pensando en veranear en el norte, pero es que hay tanta gente en el norte, que tras un verano de aglomeraciones en la maravillosa Suances, ya no lo tengo tan claro. Disfruten de su veraneo, les recomiendo desconectar de lo que hacen los demás, no necesitan un verano de rico, el 99% de la población no lo es, necesitan descansar, disfrutar y hacer lo que les guste mas. Una puesta de sol en un pueblo de Guadalajara, si el ángulo es bueno, sigue siendo una puesta de sol, muy parecida a la de la Toscana, y les aseguro que nada que envidiarle, España es un país maravilloso, aunque les pese a muchos, de ambos bandos o bandas, si alguna vez tengo tiempo y ganas (lo dudo) me gustaría hacer una guía de sitios maravillosos donde disfrutar del verdadero lujo en cualquier pueblo o ciudad de esta península llamada ibérica, e incluyo a Portugal y excluyo las islas. Buscar un pequeño pueblo, un bar de carretera o un hostal con el encanto justo para realmente demostrarles que es verdaderamente lujo. Y es que el lujo es siempre estar en paz con uno mismo y no defraudarse sin importarle lo que piensen los demás, y este es el principal obstáculo para hacer esa guía, si la hiciera, estaría rompiendo con una de las primeras leyes de Ladero, y esta no es otra que “me importan un bledo lo que piensen los demás” .

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